Existen problemas nutricionales asociados al Parkinson, los cuales pueden conducir a que la persona diagnosticada con la enfermedad, pierda peso e incluso llegue un estado de malnutrición.
Ello se puede deber a varias causas, como alteraciones en la salivación (babeo) y en la masticación, el estreñimiento, pérdida de apetito[1], la depresión y la disfagia (dificultad para tragar el alimento), que aparece en fases avanzadas.
También, en ocasiones los medicamentos utilizados para tratar los síntomas de la enfermedad pueden provocar efectos negativos como pérdida de apetito, menor sensibilidad olfativa, náuseas, estreñimiento, etc., que dificultan la ingesta de alimentos, afirman los neurólogos.
Otra causa puede ser la incapacidad del paciente para realizar movimientos coordinados, asociada al temblor de manos, lo que le dificulta el uso correcto de los cubiertos.
No obstante, una vez identificados los problemas nutricionales, es posible ayudar a los pacientes a tener una correcta nutrición, mediante soluciones prácticas, asociadas al tratamiento farmacológico, basado en la administración de levodopa.
.

Aspectos relacionados con la nutrición
En este sentido, el doctor, José Félix Meco, especialista en Medicina Interna y consultor de Advance Medical, hace estas sencillas recomendaciones:
Tomar comidas frecuentes y poco abundantes (5 ó 6 tomas al día), consumir la máxima variedad de alimentos, los cuales deben ser de texturas suaves y homogéneas.
Asegurar una alta ingesta de proteínas, tanto de origen animal como vegetal, las cuales se encuentran en carnes, pescado, huevos, leche, legumbres2].
Agrega el doctor Meco que los hidratos de carbono son una buena fuente de energía, pero hay que evitar que se consuman en exceso los azúcares simples.
Explica que las grasas mejoran el sabor de los alimentos y son vehículo de vitaminas liposolubles y ácidos grasos esenciales. Por eso, debemos aumentar el aporte de insaturadas y poliinsaturadas (aceites de oliva, girasol, soya, pescado, etc.) y disminuir las saturadas (grasas animales, etc.).
“El aporte de vitaminas y minerales se logra con la inclusión en la dieta de hortalizas, frutas y verduras frescas. La ingesta de alimentos ricos en fibra (verduras, frutas y cereales integrales) favorece la actividad intestinal y evita el estreñimiento”, precisa el especialista.
También se debe asegurar la toma de al menos, un litro y medio de agua y líquidos al día, aunque la persona no tenga sensación de sed.
Se debe evitar el consumo de alimentos astringentes (como el arroz y chocolate), los quesos de consistencia pastosa y/o dura, las carnes fibrosas de difícil masticación, los frutos secos enteros y los dulces que se adhieran al paladar.

Interacción entre los fármacos y los alimentos
De acuerdo con los neurólogos, la levodopa es uno de los mejores fármacos para el tratamiento de los síntomas del Parkinson. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ciertos aminoácidos que componen las proteínas de algunos alimentos pueden dificultar la absorción del fármaco.
En consecuencia, el efecto de la levodopa en el cerebro se puede ver disminuido si existen grandes concentraciones de aminoácidos en la sangre (por una elevada ingesta de proteínas en la alimentación). Por eso, se aconseja la toma del medicamento con una antelación de entre 30 y 60 minutos a la comida.
Además, debe limitarse el consumo de vitamina B6 (piridoxina) en pacientes en tratamiento con levodopa, ya que esta vitamina disminuye la absorción del fármaco.
Y si la persona toma algún preparado multivitamínico, es conveniente comprobar su contenido de esta vitamina.
El Parkinson
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa de lenta evolución, que se manifiesta con temblor principalmente en reposo, rigidez y lentitud para iniciar los movimientos. Su causa es desconocida.
Se sabe que hay una pérdida de las células nerviosas o neuronas en una región cerebral llamada Sustancia Nigra, responsables de la producción de dopamina, una sustancia química que actúa como neurotransmisor involucrado en procesos motores. La deficiencia de Dopamina produce rigidez y temblor.
Esta enfermedad, descrita en el año 1817 por James Parkinson, se estima que afecta hoy al 1% de la población mayor de 65 años y en menor frecuencia a menores de 40 años, en cuyo caso se denomina Parkinson Juvenil.
[1] Según los investigadores, esto se debe a las alteraciones del hipotálamo propias de la enfermedad
[2] Como se explicó es necesario considerar la interacción de la levodopa, con las comidas ricas en proteínas
1 comentario
Luis Gerardo Olano Ruiz · 1 julio, 2022 a las 9:40 am
Pienso, En el seguimiento que debemos tener ,puesto que cada caso es independientemente distinto,y como no hay un conocimiento muy cerca de la realidad, los que la vivimos sentimos que nuestro avance es negativo frente a un
a innegable avance de la enfermedad,
Se nos acaba el cuarto de hora informar sobre avsnces